En plan fino, igual tendría que decir «Muñecas recortables», pero en mi infancia se llamaban mariquitas. Ahora no sé si siguen existiendo, supongo que sí, alguna vez he visto por ahí algunas, que no sé si serán los ojos con que las miro o qué, pero poco tienen que ver con las que poblaron mi infancia.
Porque en mi infancia se jugaba mucho con mariquitas. A falta de dinero para comprarnos todos los complementos que desearíamos para la Nancy, y no digamos las Barbies, jugar con muñecas de papel, recortarlas, ponerles sus vestidos, se convertía en un sucedáneo seguramente más imaginativo. O por lo menos el que había.
Comprar una mariquita (estoy hablando casi del pleistoceno, claro) era casi un acontecimiento. Cuando tenías dinero para ello, te ibas al kiosco, y el vendedor, con una paciencia que seguramente tenía mucho de indiferencia, iba pasando las páginas del cuadernillo para que eligieras. Después de una vuelta, y de mirarlas todas, casi siempre había que pedirle que las pasara de nuevo, para tomar la decisión final.
A las mariquitas les poníamos nombre (escrito cuidadosamente por detrás) y a cada uno de sus vestidos, para no confundirlos. Establecíamos parentescos entre unas y otras, amistades y enemistades, construíamos historias y hasta celebrábamos festivales de canción en el que intervenían cada una de ellas vestidas con sus mejores galas. Para ampliar su vestuario, nos aplicábamos en la creación de nuevos modelos, pasando con todo el cuidado un lápiz por el contorno de la muñeca colocada sobre una página, dibujando los detalles del vestido, o de los pantalones (aquellos pantalones de campana, con flores, tan modernos), les dábamos color, y luego los recortábamos y se incorporaban al fondo de armario de cada muñeca.
No sé dónde fueron a parar mis mariquitas, guardadas en cajas, y seguramente perdidas para siempre. Y aunque mi hermana inició una colección hace algún tiempo y tiene muchísimas, ha sido últimamente, gracias a la red, y precisamente buscando alguna rara para mi hermana, cuando me he encontrado con todas ellas, gracias, entre otras cosas a la existencia de grupos de coleccionistas que me tienen verdaderamente alucinada por la cantidad de muñecas recortables que tienen, conocen y disfrutan.
Las he reencontrado a casi todas. Y resulta tan estremecedor, de pronto recordar los detalles de un vestido, rememorar sin esfuerzo el nombre que se le había asignado a cada una de ellas, los detalles de las biografías inventadas para cada muñeca…
Así que, aprovechando este tiempo raro que vivo, la inactividad que me supone, me he dedicado a imprimir muchas de ellas, a guardarlas cuidadosamente, a mirarlas con los mismos ojos de entonces.
Y no, no las he recortado. Pero ahí están, guardadas, clasificadas por colecciones, por creadores, por editorial. Me gustaría pensar que algún día tendré una nieta o un nieto que chiflen con todas ellas y entonces será el momento de coger nuestras tijeras de punta redonda y darles vida, y nombre y biografía a cada una de las mariquitas.
Estoy ya en Madrid. Estuve en Córdoba. Cómo me alegra que tu hija haya ganado el García baena y que esté incluida en Cosmopoética, un evento al que contribuí no sabes cómo.
Besos.
Sabes que tengo una lata con las mías???
Y de vez en cuando las saco y las miro… es como una máquina del tiempo!!!
Yo no sé para quien las guardo.. pero por algún extraño motivo no quiero deshacerme de ellas..
Besos y gracias por este flash-back
De nuevo hemos, de alguna manera, coincidido. Llevaba unos días pensando en escribir algo sobre las muñequitas recortables porque recuperé unas cuantas de las mías viejas en una visita a casa de mi madre. Ella es que no tira nada…
Jugábamos tal como – tan bien – lo describes. Gracias por este recuerdo, querida. Un beso, preciosa.
Son hermosas. Yo jugaba con algunas que habían quedado (vaya uno a saber cómo) de la infancia de mi mamá.
Mañana será pronto
(Sólo hemos vivido lo que recordamos i cómo lo recordamos. G. García Márquez)
Yo canté con Serrat de matinada
Machín pintaba aún sus angelitos.
Mi acné de cara al vent quina putada
I Amanda por Manuel callaba a gritos.
Me enamoré bailando la balada
que un Dualette nos cantaba entre sus fritos
Guardiola y su voz de tonelada
con Guzmán calentando a Popotitos.
Y aquel dedo que frenaba mis ardores
Chit to chit con mi núbil sonrosada
Pequeña flor con efluvios pecadores
Y mi rodilla embistiendo tan osada
entre el valle de los siete mil colores
en cada pecho suyo, una cornada.
sabes, no hace tanto que se jugaba a eso. yo tengo 32 años y en mi infancia, a falta tambien de muñecas, yo y mi hermana nos dedicabamos tambien a jugar con estas muñecas. no recuerdo si las llamabamos mariquitas, y eran un poco mas modernas, pero basicamente era lo mismo, vestirlas con cuidado con esas etiquetitas en la espalda para que no se les cayera el vestido… hacia años que no habia pensado en ellas. lastima, porque fueron mis muñecas de niña, nunca tuve la barbie.
saludos
Qué ilusión me dio ver estas muñecas, las tenía toditas. Yo nací en Venezuela pero mi hermano estuvo en Barcelona en la edad de los 13 años y trajo cantidades de muñecas de estas que guaradaba con mucho cuidado. Luego cuando venía mi abuela a visitarme a Caracas me traía estas muñecas. Las tenía todas tal cual como explicas, con su nombre y en sus sobres y jugaba horas con ellas. Les hacía su ropa especial y todo. que tiempos aquellos. Por allí conservo algunas aún. Pero al venir a vivir a Tarragona las regalé a mis sobrinas.
Un abrazo, me gustó mucho tu post
¿Sabes? Ayer yo pensaba justamente en esto, en mis muñecas recortables, en sus vestiditos, en lo felices que éramos jugando con ellas, que se nos pasaban las horas y las tardes enteras. Yo también le ponía su nombre a cada una de ellas. Ahora, al ver tu entrada sobre esas muñecas de papel, me he dado cuenta de que no soy yo sola la que piensa en aquellos juegos infantiles 🙂 Muchas gracias por poner aquí lo que yo recordaba ayer, y por llegar hasta mi blog para que yo pueda haber venido aquí y verlo 🙂
Muchas gracias y hasta luego,
Qué recuerdos me trae tu post!
Yo también jugué con ellas, pero las llamábamos recortables, a secas.
Qué complicado era recortar los complementos: diademas gorritos, zapatos, bosos…
Recuerdo que hacía una especie de sobre, que arrancaba del cuaderno, e introducía a cada uno de los recortables en uno,indicando su nombre, porque ya sabes que cada muñequita utilizaba únicamente los vestidos en exclusividad.
Y ya que hablas de los kioskeros… ¿Tú también cambiabas aquellos cuentos cuya linda y recatada muchacha enamoraba al conde o al príncipe?
Seguramente haga algún post al respecto.
Ha sido un placer pasear por el pasado. Gracias!
que bien me sentí al saber que puedo recuperar mis muñecas desde hace mucho. Tengo 36 años y ahora soy profesora y aún recuerdo cuando en la primaria mi profesora jugaba con nosotras a las muñecas recortables. Que lástima que ahora los niños ya no se interesen por los juguetes de papel. Bien dicen que todo tiempo pasado fue mejor…
Tengo 52 años y al entrar a esta página recuerdo que cuando eramos pequeñas jugabamos sanamente, las muñecas las comprabamos en la libreria de la escuela y hasta hacíamos la casa de las muñecas. tuve la suerte de encontrarme con una amiga desde pequeña y que con ella jugabamos siempre. Ello me dio la información de las muñecas recortables para que le enseñe a mis nietas que tienen 6 y 7 años las mismas que estan encantadas porque son dificil de encontrar, asi que procedí a imprimirlas y recortárselas estamos felices todas; mis nietas y mi amiga barbarita jugandoy recordando esa infancia llena de ilusiones. Gracias por hacernos felices
mixili
que libreria de caracas venden muñequitas de papel
gracias por hacerme acordar de como era mi infancia, yo al igual que muchas no teniamos para una muñeca, pero mi infancia la pase haciendo vestidos a una en especial se llamaba ISABELITA, no la encuentro pero la sigo buscando se que algun dia la volvere a ver y le enseñare a mi hija cual era mi muñeca preferida, gracias por los recuerdos.
Que ilusion me ha hecho volver a ver esos recortables con los que jugaba de pequeña! llegue a tu pagina a través de google buscando «mariquitas recortables» y la sorpresa fue doble cuando vi tu foto de Gijon que parece tomada desde el barrio de la Arena, mi barrio … :o)
yo tambien jugaba con las nuñecas recortables y ahora ke soy madre intento inculcarle a mi hija mis formas de jugar por ke las veo mas imaginativas ke las de ahora.ella tiene 3 años y todavia no sabe ke su madre le esta haciendo una coleccion de muñecas recortables ,pero ya se enterara cuando pase un poco de tiempo y pueda valorarlas como yo lo hacia.cuando de vez en cuando las miro me da mucha lastima no encontrar las mias.
Que linda la descripción que hiciste de lo que haciamos para tener esas lindas muñequitas recortables,me hizo regresar a mi niñez,y verme cuando era pequeñita,parece que fue ayer pero ya han pasado los años y me dio una alegria recordar mis dias cuando con emoción esperaba el recreo para salir y comprarme las últimas muñequitas que llegaban al quiokito cerca del colegio…todo lindo.y gracias a ti lo he recordado con mucha alegria…saludos…atent:siri venezuela
Sinceramente estuve buscando aquellas muñequitas y al ver me senti emocionada, no las guardé pero si quisiera obtener para poder imprimir y guardarlos como recurdo unico de mi infancia