Esta mañana T, en su línea de hacernos pensar, nos envió al patio virtual que compartimos el particular aquelarre de brujas de colores, una pregunta aparentemente inocente y que tenía que ver con la soledad. En concreto el planteamiento era el siguiente:
La soledad personal, es decir la ausencia de la compañía de las personas que amamos ¿a qué es proporcional?
A) A cómo sean ellos y cómo seamos nosotros emocionalmente.
B) A los años que tengamos
C) A la distancia física en la que ellos y nosotros vivimos (ciudades diferentes, etc)
D) A múltiples circunstancias vitales.
E) Otros motivos.
Y claro, ahí estuvimos nosotras reflexionando sobre ello, razonando, argumentando. Al final de la mañana, como suele ser habitual, T. nos hizo llegar la respuesta correcta, la B, según los expertos, que por cierto, tengo que preguntarle quién es el autor, porque no lo ha dicho.
(…) «El tiempo nos empuja por la espalda con una fuerza centrífuga, alejándonos hacia afuera hasta lanzarnos de un empujón al olvido. Es una ley del movimiento, un hecho físico. Como todas las cosas de El Universo, igual que las estrellas enanas blancas o las gigantes rojas, estamos destinados a divergir desde nuestro nacimiento. El tiempo no es más que la medida de esta separación. Si somos partículas en un océano universal, si somos el resultado de la explosión de un todo original, es posible decir que existe una ciencia de nuestra soledad. Estamos solos en proporción a nuestros años de vida» (…)
Parece ser, por tanto, que eso de cumplir años es lo que nos obliga a estrechar relaciones personales, o a intentarlo, que hay veces que en los años de la independiente y autosuficiente juventud quemamos demasiados puentes, especialmente con los familiares, con los amigos de la infancia. Seguramente de ahí el éxito que tienen, a medida que pasan los años, los reencuentros de compañeros de clase, o incluso de antiguos vecinos de determinados pueblos o barrios.
Y estaba yo pensando en eso, y esta misma tarde me he reencontrado (virtualmente también) con una vieja amiga, con la que compartí muchos años de aulas, para ser exactos de los ocho a los dieciesiete años, nada menos…
Si de algo puedo presumir es de los afectos que tengo, de todos los amigos que me han acompañado durante muchos años, de los que me he ido encontrando, de los que aparecen en el camino cuando menos te los esperas, de los que recuperas del pasado, de los que a lo tonto empiezas a pensar (el otro día lo hablaba con mi amigo Juan Carlos) y resulta que llevan más de veinte años instalados en tu vida… Todo este afecto, que me rodea y me salva, que acuna el dolor, que estimula la mente, que colabora en la risa, que comparte la emoción, que está y ya, es el mayor tesoro que poseo, seguramente el único que de verdad tiene valor. No sé si esto ha cambiado al pasar los años, no sé si los necesito más o menos, creo que con todos ellos mantengo una relación de muy poca dependencia y mucha disponibilidad (lo cual no es contradictorio), sé también que la distancia (hombre, las ganas de achuchar a mi niño que está lejos no la niego) no incrementa la soledad, así que no sé…
Como siempre me sorprendéis con vuestros comentarios, hoy me voy a permitir la libertad de pedir directamente vuestra opinión, quiero saber cómo lo véis… (A ver si resulta que hoy me sorprendéis y no comenta nadie… 🙂 )
La foto la he encontrado por la red. El nombre del autor -y mira que lo he buscado- no aparecía por ningún sitio, así que espero no estar cargándome algún derecho de autor o algo…
Lo que diferencia una soledad de otra es la capacidad de elegir. No es lo mismo estar solo que sentirte solo. A mí todo esto me recuerda a las personas mayores que se sienten (e incluso están) demasiado solos.
En fin… las ciudades cada vez están más superpobladas de soledad.
Tremendo tema en un día gris de invierno….
Pero como es primavera y hay mucho sol
te diré lo que para mi es la soledad;
cuando la deseas,es obvio que no se de explicación!
Cuando nos invade sin querer… a esa le temo yo!
Hay soledades terribles que se pueden sentir
en medio de la multitud…
Conoces alguien más amado y solo que la luna?
Otras son las que sin querer nos hemos impuesto…
Y la de los mayores…pobres cuando les vamos dejando
sin darnos casi cuenta,arrinconados,olvidados!
Pues si bruja,bien puñetera es la soledad
que sin desear nos aísla y separa de la realidad!
♥♥♥besos♥♥♥
La soledad física puede no serlo tanto si sabes que descolgando el teléfono, llamando en una puerta cercana vas a encontrar a una persona con la que te sientes acompañado. Lo malo es cuando esa soledad es de corazón, de pensamiento. O sea, que puedes estar acompañado de gente y sentirte solo porque nadie está contigo, nadie te comprende (o eso crees tú), nadie comparte tus aficiones, tus apetencias, tus fobias o tus recelos.
Los amigos que no ves con frecuencia, te pueden sorprender por su disponibilidad cuando los necesitas. Pero tienes que llamarlos, y decirles que necesitas charlar y reirte con ellos. Como ellos deben hacer contigo cuando la situación sea a la inversa.
Un beso
A veces la soledad es nuestra mejor aliada, es necesaria, a mi me gusta perderme en ella y encontrarme, claro, que también sé que siempre tengo a la familia, a los amigos e incluso a los conocidos porque dependiendo del día me enrollo como las persianas y soy de mucho blablabla y otras como un erizo, y siempre he sido así de doble.
Me gusta la soledad, sabiendo que los otros están ahí.
Pero hay una soledad muy dolorosa, la que llega tras una pérdida …, esa ausencia que se confunde con soledad.
La gente mayor es la más sola, eso lo comprobamos a diario.
Vas a un hospital,y ves a los niños casi siempre con un familiar; a los mayores casi siempre solos…
Por cierto, más tarde me acordé de otra refexión, esta acerca del tiempo que una vez le hoy a tu amiga T. Decía que cada vez se nos pasa más rápido porque es como un rollo de papel de cocina, en el que cada vuelta es más corta a medida que nos acercamos al final.
Tu blog es de lujo
Besos
Adriana
Probablemente sea cierto, que la soledad es proporcional a los años, porque al final la gente más sola suele ser la más mayor, nuestros viejitos…
Se me acaba de ocurrir, que tal vez también dependa de los años que creas tener, y no de los reales, o sea de los años sentidos, que no tienen que ser los mismos que los vividos.
Por otro lado, está la soledad física, la absoluta, la elegida y la impuesta.. Supongo que todas, en una dosis adecuada son buenas, el problema es cuando la dosis no es la correcta, y para dosificarla hay que tener mano de científico cuántico.. cuando la tienes de cualquier forma, y no la deseas, es la compañera más puñetera..
Buenísimo tema, para escribir horas!
Besos
Estoy de acuerdo con el primer comentario y con otros sobre la terrible soledad de la vejez, no deseada, final del camino, vayan terminando que vamos a cerrar, y es algo que no me quito del pensamiento cuando veo a un anciano, cuando veo a mi propia madre… El resto de soledades son, desde mi punto de vista, cíclicas, aunque no es cuestión de generalizar… Yo estuve solo de niño y una parte de mi juventud, luego la otra parte muy acompañado, ahora en mi tercera juventud he perdido amistades de años voluntariamente, quizás porque me decepcionaron, y me siento acompañado y solo a la vez, y no me siento mal, y mañana vete tú a saber… La única soledad garantizada está al final.
Pues la soledad elegida es buena, porque es pasajera y la manejamos a nuestro antojo y la soledad que deriva de una muerte, de un desencuentro, de un desamor, etc, es horrible, pero habitúal. Puede ser que con el paso de los años todos nos hagamos más dependientes, ya que somos menos egoistas y nuevos sentimientos han ido enriqueciendo nuestras vidas, por lo que queremos compartir nuestra dicha o nuestro infortunio con los demás. Además con los años vamos perdiendo autosuficiencia y necesitando más el afecto de los amigos, familiares, etc.
¡Enhorabuena por sentirte rodeada de afecto y por considerarlo tu mayor tesoro! Eso quiere decir que nunca estarás sola. Besosss
Yo ya llevo cumplidos (o cumplimentados) una buena pila de años. No sabría decir si los años incrementan las soledad (a causa de las bajas inevitables por ausencias irremediables) o a causa de que uno va buscando acabar ligero de equipaje como decía Machado. Pero es bien cierto que uno se siente más solo con los años y que encuentra cierta satisfacción en ello debido a que la vida no es demasiado propicia a la quietud personal.
No obstante, el hecho de asomarnos de continuo a estas páginas y a estas personas que también se asoman a ellas indica que uno nunca se resigna a estar demasiado solo.
Besos agradecidos a tu visita y a tus palabras.
Hola Bruja de colores.
La soledad es un castigo que, a veces, nos imponemos.
Por tanto: impuesto, impositivo, imponedor.
Por tanto: No mola nada. No cuadra.
Lo de los años no me parece lógico. Yo, ahora, de madurito, tengo más compañía que nunca.
Sé que juego con las palabras, sé que soy ilógico en tantas cosas; sé que la soledad pesa mucho; sé que hay que sacudírsela (aunque por momentos, puede venir bien…)
La conocí, me (casi) hundió.
Pero no…
Somos personas que han de vivir con otras personas. No muchas…, pero alguna(s).
«Mientras menos bultos, más clariá», que decía mi suegra.
Pero no tanta clariá que nos ceguemos autoinmolantemente…
Abrazo acompañador.
P.S.: Preséntame o todas esas brujitas de colores irisados.
Mi hija se llama Mónica, me gusto ese nombre entre otras cosas porque es un nombre de origen griego que viene a decir «quién ama la soledad».
Para mi saber disfrutar de la soledad, es signo de una fortaleza de espíritu. Pero también entiendo que la soledad no escogida puede causar un dolor lacerante.
En cualquier caso, estoy de acuerdo con una de tus comentaristas, los blogs son pequeños momentos de comunión con los otros: nos cruzamos ideas, sonrisas y compartimos nuestros momentos de soledad.
Un abrazo
Hola.., Bruji: Supongo que, como todo en la vida, lo de la soledad hasta cierto punto es aleatorio, depende de muchos factores externos….(Partiendo de la base de que se quiera estar acompañado, que suele ser mi caso la mayoría edl tiempo) . Hay amigos que te abandonan, otros que simplemente se autodisuelven como un azucarillo en el café (eso debe de ser la decepción –la que te causaron o la que les causaste, que uno nunca sabe…, yo personalmente jamás guardo rencor por estas cosas, simplemente no me cabe ni me merece la pena) y otros a los que aunque haga años que os veis, no se sabe porque extraña fuerza empática invencible, cuando te los reencuentras es como si no hubiera pasado el tiempo, todo es igual que siempre. Esos son los buenos, yo cuento con un par de ellos/as, tres a lo sumo … y que dure, por favor.
Un abrazo
Es dificil, ya he borrado y vuelto a empezar varias veces, espero sea la «refinitiva».
Después de mucho pensar (todo por culpa del tal T) he descubierto que la soledad es lo peor que hay, la soledad del ser querido, la soledad del amigo, la soledad del mundo.
Esa soledad, a ratos necesaria, se hace inevitable con el paso del tiempo y algunas veces, al leer un periódico y ver que un anciano ha muerto sólo y se lo han encontrado a los dos o tres días, me planteo esa soledad y me da miedo.
Saludos y salud
El dolor por la soledad puede depender de multitud de factores vitales, y uno muy importante es la edad, que no del individuo sino de la amistad. Las amistades y amores necesitan tiempo para sedimentarse, echar raíces y crecer. Es algo que crece en la sombra, escondido, sin casi darnos cuenta. El tiempo es lo que hará una criba y marcará las amistades, los cariños, los amores. Nos guste o no, como en todo, el tiempo siempre tiene la última palabra.
Gracias por los ánimos que me estás dando estos días 🙂
En realidad, yo voy a la inversa. Cuantos más años cumplo, más ganas tengo de que me despresenten gente, como decía una amiga mía malagueña. Ya no me echo de menos ni a mí mismo.
Yo, que soy solitaria por vocación, y que debido precisamente a esa cualidad nunca estoy del todo sola, pocas veces sé qué responder a esta clase de preguntas. Confío en los expertos y acabo dándoles la razón porque suelen convencerme con sus razonamientos. Nos quedamos solos porque otros abandonan, aunque también porque nosotros vamos aligerando por el camino.
Pero tú, querida brujaroja ni estás sola ni llevas camino de estarlo. Por muchos años que cumplas, aquí seguiremos, rendidos a tus palabras. Que son una de las mejores compañías.
Besos grandes.
No estoy nada de acuerdo con que la respuesta sea la B, aunque los expertos lo digan.
Soy lobo solitario de nacimiento, de juventud y ahora de mayor, me apabulla la gente y me gusta estar sola,sola o con mi hija, aunque en ciertos momentos tengo a quien llamar y acudir , que esto es muy importante,saberte acompañado cuando lo necesitas ( que son pocas veces ).Dije hace muy poco en un blog que tocaba este tema que la soledad es buena cuando la buscas, pero muy mala cuando te viene impuesta.
mmm qué difícil…yo creo que la soledad es la gran enfermedad del mundo occidental, y no la obesidad como quieren hacernos creer algunos…al menos yo tengo la sensación de que la gente cada vez se siente más sola, eso a pesar de que cada vez es más difícil aislarse totalmente del mundo, que estamos requeteconectados con nuestros móviles, correos, blogs…y sin embargo, no nos saciamos y cada vez necesitamos más y más compañía (ese saber que hay alguien al otro lado…sea cual sea ese lado)
al menos a mí me da esa sensación…yo sé que no estoy sola, pero siempre estoy necesitando gente, y todo a pesar de que me siento una persona bastante independiente…
jo…que contradictorio todo…
qué lío…
Pilix: Me gusta eso de que las ciudades están superpobladas de soledad.
Mía: La luna siempre sola y tan feliz…
Cecilia: Yo creo que a medida que nos hacemos mayores y maduramos, la relación con los amigos va más en esa línea: es necesario llamar, pedir, porque la independencia nos hace ser así, lo cual no va en menoscabo en absoluto de la generosidad.
Alfaro: Justo, a veces confundimos la soledad con la ausencia. Y no es lo mismo.
Por cierto: Es que esa amiga T. que compartimos dice muchas cosas y muy inteligentes. Aunque a veces seamos tan simples que no le demos la importancia debida… 😉
Violetazul: Es cierto, da para horas. De hecho cada uno de vuestros comentarios me llevaría a responder líneas y líneas, pero me da miedo convertir esto en la historia interminable.
Gonzo: Al asunto de la decepción te responde el gran Fritus más abajo. Da un poco de cosilla pensar que hay una soledad garantizada, y más al final cuando más falta hace la compañía…
Susana: Es que la ausencia es mucho más terrible que la soledad…
Ybris: Yo creo que a medida que tenemos más años vamos valorando más la independencia. Un placer verte por aquí.
Secretario: Las brujas de colores son guapas, inteligentes y mágicas… Te encantarían.
Sonia: Yo también lo pienso, compartimos soledades, las cruzamos. Aunque tengamos la vida acompañada, hay un reducto, el de la escritura, de soledad. Y hacerla pública es estar un poco menos solos.
Fritus: Es que no se puede guardar rencor, yo también lo creo. Los amigos son un regalo, nos acompañen un mes, un año o una vida… Sólo podemos estar agradecidos por el tiempo de felicidad que nos procuran. El resto, de haberlo, se olvida y ya.
Alvaro: Pues sí, la (porque es una chica) tal T nos hace pensar… Yo siempre me pregunto cuando leo esas noticias si alguna vez esas personas cuando tenían muchos menos años llegaron a sospechar que terminarían así…
Petite: con los días que estás pasando, te agradezco la visita… El tiempo, claro, el tiempo siempre.
Pedro: Es que no es lo mismo conocer gente a sentirse querido por la gente. A mí a veces también me gustaría que me despresentaran…
Memoria: Gracias por los piropos, corazón. Tampoco tú estarás sola nunca.
M.Eugenia: Te digo lo mismo que a Pedro. No es lo mismo. Huimos de la compañía de quienes nos importan poco, pero necesitamos saber que los que amamos están. Y saberlo ya es sentirnos acompañados.
María: Sí, pura contradicción, a mí también me pasa. Además me llama la atención la urgencia de la comunicación inmediata. (Especialmente con los niños, que los debo de tener fritos del todo…)
Gracias a todos, es un placer leer vuestros comentarios…